BELESAR (25.10.2014)

Encontrar el camino no siempre es fácil. El nuestro empezó en un puente sobre el río Miño, en plena Ribeira Sacra, inquietos, inseguros y atentos a los francotiradores (estos también existen en fotografía). Pero una vez alcanzada la otra orilla, lo que vino después, fue beber (perdón, coser) y cantar. 





















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